Mastodónico. Brutal. Recuerdo haber tenido sensaciones parecidas cuando vi por primera vez Jurassic Park. Los ocho brazos de Atom Willard (sustituyendo a Dan Cornelius) domesticando su batería hacen retumbar tu pecho como las pisadas de decenas de diplodocus corriendo hacia ti. Otros tantos bichos enormes se suman a la orgía cuando JC comienza a desgarrar las cuatro cuerdas, a destripar su distorsionado bajo. Hasta aquí, tus pies parecen ir sólos, las vértebras de tu cuello a cambiarse por muelles bicónicos y tu sonrisa in crescendo. Pero esto no acaba aquí, aún tiene que salir el gran T-Rex con su sombrero y su voz de doce cilindros. Simplemente, Danko Jones es enorme. No te dejes engañar por la altura de su micro, sus poses le abren las piernas al más puro estilo Johny Ramone, dejándole el micrófono a la altura de su lengua viperina, seña de identidad personal propia e instransferible. Pero bueno, vamos a ir por orden por una vez en la vida.
Los encargados de ir calentando el ambiente fueron Biters, aunque sólo fuese por una escasa media hora. Grupo muy recomendable si andas por la onda del hard rock garagero de Hellacopters y el punk rock de Los Ramones. Los cuatro melenudos, con una estética muy marcada consiguieron su cometido, entregando al público toda su electricidad con su ochentera carta de presentación. No solamente consiguieron entretener a todos aquellos que ni siquiera sabían quién eran, si no que gustaron, y mucho. Actitud y talento derrocharon en temas como 'Born To Cry', 'The Boy's Alright' o 'Breakin Your Heart Again'. Estoy seguro que sus visitas en Spotify van a subir como la espuma durante esta gira. Bien merecido, porque estuvieron a la altura. Buena suerte chicos.
Una vez terminado el show de Biters, cerveza de la media parte. Hasta que la oscuridad progresiva comienzó a tintar la sala mientras Angus Young terminaba el sólo desde los altavoces de ambiente. Danko Jones iba a empezar, podía olerse.
El power trío abrió el espectáculo con 'Rock Shit', 'I Want You' y 'Forget My Name'. Rápido y directo como todo el concierto. Cerraron una hora y cuarto más tarde con una versión de The Supremes, clásica en los bolos de esta gira, 'My Word is Empty Without You'. Sin duda, el tema más lento de todo el concierto y tal vez el más emotivo. Eso sí, igual que un bombón de licor, lo interesante no está en la cobertura, si no en el relleno del interior. Aunque tocaron bastantes del último disco 'Bellow The Belt',consiguieron cual viagra levantar una y otra vez al respetable con clásicos de todos sus discos. 'Dance', 'Full Of Regret', 'Invisible', 'Code Of The Road', 'First Date', 'Never Too Loud', 'Samuel Sin', etc. Puro Kirsch de cereza, dulce y adictivo, capaz de pegarte duro cuando menos lo esperas. Pero mejor cambiamos de bebida, ya que ha quedado bastante claro que la horchata es la preferida de Danko. Tras el recordatorio del público (que nunca olvida) y un pequeño y merecido descanso para su rota voz, salieron del camerino con una bandeja de chupitos de horchata, que repartieron entre los que estábamos en primera fila. Eso pareció hidratarle un poco, algo estrictamente necesario, ya que puede contarse por litros el sudor que llega a gastar Danko en directo. Decenas en cambio fueron las fotos movidas por su estado adrenalínico. Por cientos pude contar sus muecas inagotables. Además, mucho humor, chistes, monólogos e interacción con los asistentes en general, es un verdadero comunicador, un showman. No creo que tarde en dar el salto a Hollywood. Sí ,sí, podéis reíros, ya os acordaréis de mi... JA!
Una vez el concierto llegaba a su fin, Big D; visiblemente exhausto pero aún con dos danKojones bien puestos como él mismo dice; afrontaba la última recta final dándolo absolutamente todo antes de colgar su Explorer. 'Lovercall' y la versión de las chicas de la Motown fueron la gran despedida. Hay que explicar también, que además de esta última canción, también hizo tributo a grandes influencias durante el concierto como Black Sabbath y Backyard Babies. Tocó alguno de sus riffs e incluso nos animó a todos a corear la célebre frase guitarrística de 'Iron Man'.
Muy satisfecho en general aunque sinceramente, eché en falta algunos himnos como por ejemplo el que pone nombre al que es a mi parecer su mejor álbum, 'Sleep Is The Enemy'. Faltaron otros clásicos del mismo disco, que por tiempo y por agotamiento no pudieron interpretar, una lástima. De aforo, no esperaba menos, llenaron hasta los lavabos de Apolo una noche de miércoles.
Una vez más, Bravo Danko.
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