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lunes, 28 de abril de 2014

Primer concierto de la gira 'La Deriva' de Vetusta Morla

Auditorio Victor Villegas, Murcia (24/04/2014).

Llega el primer concierto de la gira ‘La Deriva’ en la que el sexteto madrileño, Vetusta Morla, presenta su último LP de doce nuevas canciones y lo hace con dos conciertos consecutivos el 24 y 25 de abril en la capital murciana. 

Ya era complicado aparcar el coche y no era para menos, ya que las ventas llevan semanas agotadas para ambos conciertos. La multitud llenaba todo el edificio mientras las azafatas colaboraban con las acomodaciones de los asistentes.

Era complicado aparcar el coche y no es para menos, ya que las entradas llevaban semanas agotadas para ambos conciertos. La multitud llenaba todo el edificio mientras las azafatas colaboraban con las acomodaciones de los asistentes.

Quince minutos después de la hora prevista, la radiofonía del auditorio confirmaba que la actuación iba a comenzar y ya se podían sentir los aplausos de entrega de los allí presentes. 
El primero en aparecer, Pucho (voz). Delante de tres toms de batería marcaba un ritmo constante al que progresivamente se unía el resto de la banda. Ya sonaba uno de los singles de este nuevo álbum que da nombre al mismo, "La Deriva". Entre focos y juegos de colores y una pantalla de LED que mostraba imágenes al fondo del escenario. Sobre cada uno de los componentes de la formación, un juego de luces que daría mucho juego  a la composición escenográfica durante el resto de la noche. 

“Fuego” y “Golpe maestro” era la consecución del repertorio que sorprendía al ser los temas de presentación de este último gran duración. Tras esta última canción, llegaba la primera intromisión verbal con la que la banda daba la bienvenida a los asistentes y las gracias por estar allí, además de comunicar los buenos recuerdos que le traía el Auditorio aludiendo la experiencia con la Orquesta Sinfónica como causa benéfica por el terremoto acaecido en Lorca el pasado año 2011. 

Continuando con el repertorio sonaba “La mosca en tu pared”, “Pirómanos” en la que los aplausos del público se convertían en parte del show, y otras de discos anteriores como “Lo que te hace grande” que arrancaba al público de la butaca para ponerlo en pie con múltiples aplausos. Después llegaban otras como “Un día en el mundo” y  “Cuarteles de invierno”, tras la que introducía el siguiente tema aludiendo a una cita y afirmando que a veces “estamos agarrados a un palo y tenemos que soltarlo”. Esa frase introducía “Maldita Dulzura” con la que el público se revolucionó al escuchar los primeros acordes. El final de esta canción sonaba especialmente impactante por el subidón musical en el que la fusión de instrumentos fue colosal. 

Más sosegados con “La grieta” tras la que llegaría, con una intro especialmente cuidada, “Mapas” cuyo final volvía a transmitir máxima euforia contaminando al público con esa energía cargada de potencia y fuerza. 

Con la camisa empapada en sudor era innegable la entrega de la banda madrileña en esta apertura de gira que, como decía Pucho al micro, era la tercera que comenzaba en la ciudad murciana. “Es una especie de fetiche y ya nuestro manager no sabe empezar gira si no es en Murcia” afirmaba el líder del grupo.

“¡Alto!” daría paso a una versión acústica de la tan conocida “Copenhague” en la que el público acabaría uniendo al unísono su canto a pulmón, enlazada sin pausa con “Las salas de espera”. Llegarían otras más que conocidas de aquél primer larga duración como son “Valiente” y “La cuadratura del círculo”, ambas con versiones que sonaban potentísimas y era una entrega directa con el público que se venía arriba con cada acorde.

La recta final llegaba de la mano de “Tour de Francia” y “Fiesta Mayor” cuyo título podría aplicarse para describir el show que estábamos viviendo los allí presentes. Los seis músicos abandonaban el escenario mientras el público no paraba de cantar aquél “la lalala la lo…” que aludía al cántico de la gira pasada basado en el tema “Saharabbey road”.

Tras unos minutos el escenario volvía a tener a la formación preparada para ofrecer un momento de relax con la delicada melodía de “Una sonata fantasma”. “Sálvese quien pueda”  volvía a levantar a la marea humana que no decaía en ningún momento. Volvían a desaparecer después de “El hombre del saco” tras la que se quedaba sonando muy levemente una melodía con la que pasados unos minutos, la banda volvía a retomar su posición sobre el escenario. Guille Galván, de frente al teclado, marcaba el sensible y melodioso inicio de “Los días raros” al que Pucho se uniría con su voz poco después. El resto se iría sumando progresivamente hasta completar un final de una gran noche en algo apoteósico y explosivo. La entrega mutua (público y banda) era absoluta y la conexión indudable. 

Los aplausos eran inacabables y las caras de los seis componentes dibujaban generosas sonrisas, dejando claro que se llevaban muy buen sabor de boca del primer concierto de esta ‘deriva’ que zarpa con viento a favor. 
Evelyn Piñero (@Eve_MrsP).

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