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martes, 6 de mayo de 2014

Ángel Stanich presentando 'Camino ácido' en Barcelona

30/04/14 Sidecar, Barcelona


Me moría de ganas de verlo. Y de oírlo, por supuesto. Así como sus canciones, Ángel Stanich es como un psicotrópico. No sabes muy bien porqué, pero lo pruebas por curiosidad, caes en esa espiral de morboso surrealismo y quieres más. Lo buscas en la red, pero no encuentras casi nada sobre él. Yo, acostumbrada a leer en diagonal para no explotar por el exceso de información, no pude soportarlo. Nunca he podido con los enigmas ni con los sudokus, así que tenía que verlo. Por suerte, el 30 de abril, acudió puntual a su duelo en el Sidecar, sólo armado con su guitarra. Abrió la noche con la hipnótica "Amanecer Caníbal", seguida de "Chinaski" y "Miss Trueno’89". Ningún foragido cubría las espaldas a este llanero, ni Javi Vielba, ni Alex Izquierdo ni Guille Aragón, pero eso no impidió que disparara a nuestra espalda una cover que nadie conocía. Algo así como Breeding (o bleeding) Marijuana, pero la verdad que entre la cerveza y la psicodelia de sus letras, no podría asegurarlo. Ante tal desconcierto, la gente empezó a reclamar a Joe, su ídolo sin escrúpulos, ya con ganas de corear alguna que se supieran, pero se conoce que al misterioso barbudo le gusta hacerse de rogar, y siguió con "El Cruce", y "Camino Ácido". Hay que reconocer que son buenas. 
Me he pasado el fin de semana viendo spaguetti westerns y hartándome a chiles habaneros empapados en tequila. La gente seguía pidiendo al Metralleta, pero a esas alturas ya se veía que la dejaba para el final, y yo no quería que llegara ese momento. 
El tío te sabe atrapar. Debería llamarse Peyote Stanich. Estás ahí escuchándole, y supuestamente entendiéndolo (porque la verdad que las primeras veces cuesta un poco descifrar qué carajo dice) y ya te ves con tu colt en el bolsillo y tu camisa vaquera bordada, y por clarividencia lisérgica sabes que ese es el mundo real, y lo demás una patraña. Es tu noche. "La Noche del Coyote", y eres un "Outsider", así que sino vas a morir, te haremos picadillo. "El Mezcalito" y "El Río" precedían al aclamado "Metralleta Joe", que entró pisándole los talones al "Día del Apaleamiento". Y entonces el The End en la pantalla. Se encienderon las luces, estaba en la Plaça Reial y mañana no iba a fichar porque era 1 de Mayo, pero el viernes sí. Me metí en mi mediocre sobre IKEA con la realidad golpeándome más fuerte que la resaca. No vuelvo a beber –me dije-, LSD. Tras Barcelona, Reus. Ángel Stanich había dejado sus huellas polvorientas en la Catalana Terra, y quizás yo me haya convertido en una de sus chicas ácidas.

Mary Vulcano.

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