somosamarilloelectrico: Adam’s BBQ ribs. (RMFL)

Qué bonito. Fuiste tan capullo de caer en otra estúpida apuesta con tus colegas. Esta vez, a ver quién aguantaba más tiempo sin mojar. Y has ganado por goleada. Pero encima no ha sido adrede. Después de reírse un rato, se ponen serios, y te alertan de que estás entrando peligrosamente en una de esas rachas de sequía. Que no se preocupen, que eso trae tormentas de polvo, fijo, lo has visto en el National Geographic Channel. Pero no eres capaz de contener la alarma generalizada, y sin darte cuenta ya estás yendo hacia una barbacoa que han montado para, según ellos, realizar un trasvase de emergencia. Así que ahí te plantas, con tu six-pack de birras, que no de carne... esa la pones a parte y a lo grande. Veganas, cardiópatas y modelos, vayan desfilando, porque ha llegado el Máster de la parrilla.

Tus colegas no se han complicado la vida: butifarras, panceta, morcillas... Claro que en tu caso tienes una misión que cumplir, y no va a ser llegar y pegar.

Vas con los deberes hechos. Que en tu caso no son cuadernos Rubio ni tablas de multiplicar, sino 1,5kg de costillas. El truco es hornearlas antes. Precalientas el horno a 150o, las pones en una bandeja poco honda, rociándolas con medio vaso de agua (para que no se resequen). Las tapas con papel de plata y las dejas haciéndose una hora, porque tienen que estar cocinadas pero sin que la carne se separe del hueso. Preparar la carne es esencial, pero el broche dorado lo pone la salsa (por muy buena que sea, no va a salvar una mala barbacoa). Así que es una decisión importante que no hay que tomar a la ligera. Esto lo tienes fácil, por algo te llaman el Wikisalsa. De salsas BBQ hay muchos tipos, y cada región tiene sus gustos. Los ingredientes clave son el tomate, el vinagre y la mostaza. Hay quién se le hace la boca agua pensando en ahumaderos tejanos y salsas avinagradas como la Cooper’s, o la North Carolina’s. Los hay que prefieren añadir un poco de kétchup para endulzar y dar consistencia, la Lexington-styleseguro que no les defrauda. Luego están las salsas con predominio del tomate. Ya sean con vinagre, las agridulces, o con azúcar, como el kétchup. Gracias Heinz por darnos tantos bocados de satisfacción! Aunque tampoco debemos olvidarnos de la mostaza. La salsa South Carolina’s se basa en ella, y complementa mejor el cerdo ahumado. Pero como su prima la pelirroja: demasiado ‘Carolina gold’ puede agriar la mejor barbacoa. Luego está la salsa blanca, con mayonesa, vinagre, zumo de limón y un poco de pimienta. Puede ser más o menos líquida y al pollo braseado le queda genial. Está claro, no? Una classic BBQ’s con base de tomate. Le podrías añadir cerveza, Jack Daniels... Pero no, la elegancia intemporal va a hacerte irresistible a los paladares femeninos, de esto va la Rule 11 (ahora no tienes muy claras las reglas, vamos a dejar pasar las vacaciones y el calorazo, y luego si eso, las recopilamos).

Mezclas en un cazo durante 30min (vas removiendo de vez en cuando): 1 taza de azúcar moreno, 1⁄2 taza de salsa de chile, 1⁄2 taza de ron, 1⁄4 taza salsa de soja, 1⁄4 taza de kétchup, 1⁄4 taza de Worcestershire, 2 dientes de ajo machacados, 1 cucharadita de mostaza y pimienta negra al gusto. Cuando sacas las costillas, las pones en un recipiente grande y las cubres con la salsa cuando aún están calientes. Cuando se enfrían las metes en la nevera durante toda la noche. Luego, en la barbacoa, tienes que hacerlas a una temperatura muy alta.

Con una birra en la mano, empiezas a probar los platos fríos que algunos han traído. Gracias a tu screening inicial sabes que la ensalada de pasta la ha traído una chavala la mar de maja, bueno, en realidad te lo ha dicho un amigo, pero de no ser así lo habrías adivinado. Le dices lo buena que está (la ensalada, que por suerte no está vomitiva) y empezáis a compartir recetas. “Ah, lleva cilantro? Ya decía yo que era muy aromática, blablá”... y seguís con tonterías de ese tipo. De manera inconsciente se está creyendo mejor que tú en el terreno de la cocina, jajaja, pobre ilusa! Cuando pruebe esas costillas se va a quedar completamente descolocada. Va a ser un golpe maestro. Pero basta de cháchara, aunque sea tentador quedarte flirteando con ella, y tus amigos quieren dejar las costillas para el final porque ya están medio hechas... Error!! Hasta el Capitán Edward Smith te diría que pongas inmediatamente esa maldita carne en el fuego, antes de que una cadenza de eructos con aroma a chistorra dominen la velada. Porque entonces todos tus esfuerzos habrían sido inútiles... Pero eso no te pasa, porque sabes la importancia de la Rule 12: Sacar la artillería pesada en el momento preciso, cuando nadie se lo espera. Fiiire!!

Pones las costillas marinadas en la rejilla (si es doble rejilla mejor para darles la vuelta) y vas añadiendo salsa del tupper, para que queden bien pringosas. En poco rato la terraza huele a las entradas del Infierno (por lo que me han contado, el Cielo es bastante aséptico). La gente aún está masticando cuando esa monada se te acerca a adularte por ser tan gran chef. Está achispadilla, de no estarlo no intentaría sacarse las hebras de la carne de los dientes y tontear al mismo tiempo. Pero detalles aparte, se nota que la has impresionado. Te pones a hablar de todas esas recetas de salsa, y ella te escucha embelesada. Te propone quedar un día a lo que aceptas bajo la condición de que ella haga su pasta de soltera-pobre-pero-un-poco-pretenciosa (cilantro en vez de pepinillos?? vamos hombree!!!). Pero te has venido arriba, y no vas a esperar más. La mirada ojos-boca, es cada vez menos ojos y más boca. Te pregunta si se ha manchado, tanteándose la comisura de los labios. Le dices que con esa mano pegajosa lo va a empeorar más. Y la besas. Redoble de tambores!!! Son tus amigos golpeando la barbacoa con las pinzas para celebrar que se acabó la temporada de sequía!!!

No te olvidas de algo?? Estabas tan en tu salsa que ni te has dado cuenta de que han estado sonando los hits de tu adolescencia. Entonces no te habrías imaginado que en la treintena seguirías mas o menos igual, pero con pelos en los hombros y oliéndote muy mal los pies.

Weezer - Buddy Holly