Media hora antes de su concierto
en El Gran Café, nos citamos con Marwan en las calles del barrio Húmedo leonés
para hacerle algunas preguntas sobre su trayectoria profesional.
Escribes y compones, pero ¿te sientes más músico o poeta?
Me siento mucho más músico. Llevo
componiendo desde los 18-19 años hasta hoy, que tengo 35. Con la poesía soy más
novato. Aunque también lleve muchos años escribiendo, en realidad no me dedico
seriamente a ello hasta el 2010. Por eso me siento más músico, tengo mucho más bagaje,
tengo más canciones y tengo más conciertos a mi espalda. Libros tengo 2, discos
tengo 5.
Y por qué comprar una guitarra a los 15 años y no antes, ¿no se te
había despertado esa vena musical?
A mí me encantaba la música de antes,
pero lo típico, si no te dan una guitarra tus padres, no te pones a tocar; y tampoco
la solicité. Yo era muy deportista, de hecho estudié INEF. Mis hobbies sobre
todo eran los deportes, más que los juegos, más que los instrumentos, más que
los ordenadores… Pero no me picaba el gusanillo de la música como músico. Si me
encantaba escuchar música, cantar a berridos con mis amigos, cantar rap, cantar
soul, cantar mil cosas. De repente un amigo a los 15 se compró una guitarra y dije
“Pues me voy a pillar una yo también”. Entonces mis padres me dijeron que
eligiera entre guitarra o bici y como mi hermano ya tenía una bici que me la
dejaba siempre, compré una guitarra. Ahí empezó todo.
Como pasas de estar en la facultad estudiando educación física a
decidir que la música era lo tuyo.
Pues empecé a componer cuando
empecé la facultad. Justo ese verano antes me dije “Yo quiero componer”, porque
conocí a Ismael Serrano.
Yo ya tocaba la guitarra, tocaba
heavy con mis colegas, pero a los 16 descubrí realmente a Silvio Rodríguez. Lo
había escuchado desde hacía años, por mis padres, pero no me gustaba. Y fue entonces
cuando empieza a emocionarme la canción de autor gracias a Silvio. Eso fue en
el verano de los 16. En el verano de los 17 me pasó lo mismo con Ismael
Serrano. Siempre en los veranos.
Con 18 años empecé a componer.
Las primeras canciones infumables, pero poco a poco mejoré y en el último año
de carrera ya empiezo a dar conciertos enteros. Ya empiezo a componer en serio
y a tocar en serio, haciendo conciertos de 15-16 canciones mías. Compaginé el
trabajo de profesor durante 5 años con la música, pero al sexto año me cambiaron
las condiciones y decidí dejarlo.
Siempre quisiste dedicarte al deporte y has acabado viviendo de la
música en una de las épocas más difíciles para el sector.
Nunca soñé con dedicarme a la
música profesionalmente. Lo que quería era que me escuchara la gente, llegar a
la gente y que me quisiera por mis canciones. Nunca pensé en vivir de ello.
Yo estaba a gusto con mi
educación física y mi música. Tenía dos sueldos, que ninguno de los dos era grande
pero entre los dos y lo que estaba viviendo me sentía feliz. Pero como me
cambiaron de trabajo y no me gustaba, lo dejé. A partir de ahí empecé a tocar
mucho más y me fue cada vez mejor. No es que sea un sueño cumplido porque nunca
soñé con esto. Yo solo quería que me escucharan. Hay gente que dice “Yo quiero
ser actor” y decide actuar, yo no pensaba ser cantante pero quería cantar.
Ahora estoy encantado de ser cantante.
Antes me has dicho que te sientes mas músico que poeta, por lo tanto,
en el proceso constructivo las melodías se anteponen a las letras, ¿no?
Generalmente melodía, pero sí que
alguna vez introduzco letras que ya tengo. Por ponerte un ejemplo, con la
canción Sueños sencillos encajé una
frase que tenía escrita en un papel en una estrofa. Pero casi siempre el método
es música-letra, voy poniendo letra a la melodía que he compuesto.
¿Y tienes un momento del día clave para componer o algún estado de
ánimo favorable para ello? Sale a cualquier hora, en cualquier momento, después
de dormir la siesta, cuando la tristeza te supera…
Momentos del día cualquiera es
bueno, por la noche, a medio día, por la mañana… Por la mañana estás fresco y
se compone muy bien. Y por la noche, en la complicidad de un vinito, estás a
gusto en casa, en el silencio te pones a tocar y salen cosas muy bonitas.
Lo que sí es verdad que los
momentos de agitación emocional te aportan creatividad. En mi caso he compuesto
mucho a lo largo de mi vida sobre el conflicto: conflictos personales,
conflictos con el amor, conflictos sociales. También he escrito sobre el amor
directamente, sobre la amistad… Pero no necesariamente en épocas de tristeza. Aunque
sí que es verdad que la tristeza es más fotogénica y ayuda más a componer. A
demás en el momento en que uno está triste es cuando busca respuestas y por eso
salen canciones. Cuando uno está feliz disfruta la vida.
Con tantos buenos momentos para componer y tanta inspiración, miedo a quedarte
sin repertorio no tendrás.
Uno siempre tiene ese miedo, pero
se me ha empezado a quitar. A lo largo de la vida he ido componiendo y aún teniéndolo,
seguía componiendo. Ahora llevo un tiempo sin componer y no está latente ese
miedo, pero igual el día que me ponga a ello y me vea bloqueado, reaparece.
Aunque no creo, porque llevo 18 años componiendo e incluso cuando he tenido
crisis he acabando sacando temas nuevos, de los que he quedado satisfecho.
Entonces, estoy bien en ese sentido.
Leí en una entrevista hace tiempo que la canción tuya que destacarías era
Ángeles. ¿Sigue siendo así ahora que
tienes más repertorio?
Si. Me sigo
quedando con Ángeles, aunque también
está ahí Desde que duermes junto a mí.
Me emociona mucho cantar esa canción, la verdad. Pero si que Ángeles me parece
una canción muy redonda. Me gusta como está construida, como se van contestando
una frase a la otra hablando de lo malo y lo bueno, lo feo y lo bello, lo raro y
lo normal… El mensaje me gusta mucho.
Toda esta música la has llevado de gira no solo por España, también por
parte de Europa, Latinoamérica y hasta Palestina. Como es tocar en un sitio
donde hay tanto conflicto.
Fue muy bonito, sobre todo por
llevar mi música y mi vida a un sitio donde tengo parte de mis raíces. Llevaba
muchos años sin ir, y de repente tener la posibilidad de cantar allí me parecía
algo subrealista. Aunque luego no me entendieran nada porque era casi todo
gente árabe, pero fue muy emocionante. Fue un regalo.
¿Y no tuviste ningún tipo de problema?
Yo tenía el concierto programado desde aquí. Lo
organizó la Asociación Española de Cooperación Internacional. Donde tengo
problemas es en la frontera que como están controladas por Israel, me retienen,
me hacen interrogatorios, me registran, me vuelven a hacer el mismo interrogatorio,
en inglés, en español… Dicen que por seguridad, pero no lo creo.
Esta noche actúas por primera vez en León, en el Gran Café…
No, es la segunda. La primera vez
que vine a León a actuar fue hace 9 años y fue uno de los peores conciertos de
mi vida. Apenas había gente y la que había no se reía, no estaba en sintonía…
Fatal.
Estoy segura que será muy diferente.
Eso espero.
Y para ir finalizar, una típica pregunta de entrevista. ¿Qué libro
recomendarías?
‘Mi chica revolucionaria’ de
Diego Ojeda. Es un libro de poemas descomunal. Es el último que he leído y es increíble.
Con el tema de la poesía, los que
nos dedicamos a ello, nos hemos dado cuenta de que en estos últimos años está
habiendo un boom impresionante entre gente de 15 a 25 años. Tanto que se venden
más libros que discos. La verdad es que así da gusto.
Mélani Morán
@mel_mc888
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