Pablo Banderas acaba de terminar Ingeniería Industrial, toca la guitarra y hace canciones. Este joven malagueño de 25 años se va adentrando poco a poco en el mundo de la música de manera independiente y cuenta con una seguridad y un espíritu admirables. Amante de las guitarras de Muse y Artic Monkeys, fanático del sonido de Estopa y el ya disuelto El Canto del Loco y un incondicional de las letras de artistas nacionales como Supersubmarina o Andrés Suárez; ni cantautor ni con banda, nos cuenta que sencillamente, como -al menos hasta el momento- lo hace todo él solo, intenta llevar a sus canciones toda esa inspiración de una forma muy personal.
Lo que empezó como afición para Pablo hace tan sólo un par de años empieza a salir lentamente a la luz. No tiene disco físico y su música no suena en la radio, pero tiene detrás suya cientos de personas que conocen su trabajo gracias a Internet y está a punto de sacar una canción colectiva.
Acabas de terminar
ingeniería industrial, cantas y tocas la guitarra. De esa combinación tan
peculiar, ¿qué vino primero?
Totalmente bicho raro, ¿no? Pues si te digo la verdad
primero empezó la guitarra, con 14 años, en secundaria. Cuando era muy
pequeño daba clases de piano en el conservatorio pero solo duré dos años porque no
era lo que realmente me gustaba; era una manera de enseñar muy estricta y no era música
moderna. Tenía que decidir entre eso y jugar al fútbol y elegí lo segundo.
Luego ya mi padre me regaló una guitarra que había por mi casa y me
dijo: “A ver qué puedes hacer con esto”. Yo soy muy
autodidacta y empecé a buscar tutoriales, videos, manuales, acordes, etc. No me
acuerdo muy bien del proceso pero tuvo que ser largo, porque aprender a tocar
solo la guitarra no debe de ser muy rápido. Me lo tomaba como un hobby, como
ahora en realidad, solo que por entonces, más si cabe. Cuando cumplí los 18 llegó la ingeniería.
¿Y lo de cantar cómo
surgió?
Lo de cantar… Mis padres cantan pero lo típico de cantar en
casa, sin más. Supongo que en realidad eso es algo que llevas en ti y pruebas,
y como tocaba la guitarra empecé un poco. Recuerdo que tocaba mucho la canción
de Los Serrano, la de Fran Perea, y al final no me quedaba más remedio que
cantar. También estaba mi primo Álvaro, que cantaba y tocaba el piano, y cuando
nos juntábamos en casa de mi abuelo yo me llevaba la guitarra y siempre cantábamos
un par de temas. Mi primo al piano y yo a la guitarra y a la voz. Como todas
estas cosas, suele surgir de manera espontánea, no es que haya nadie que te
diga “oye, ahora ponte a cantar” o “haz ahora esto”. Empiezas tocando la
guitarra y lo acompañas luego con la voz y al final…acabas haciendo canciones.
¿Grabar entonces fue
algo también que surgió de forma espontánea?
Pues sí. Eso fue con 17 años, en bachillerato. En mi
instituto había un grupillo que estaba empezando y estaban buscando un
guitarrista. No sé cómo sabían que yo tocaba la
guitarra, pero lo sabían y me avisaron para hacer una prueba. Me acuerdo
perfectamente de ese día: yo entré allí y empecé a tocar por primera vez con
más gente. Estuve en el grupo, grabamos en un estudio, sacamos un EP con cinco
canciones y dimos un par de conciertos pero cuando llegamos a la universidad eso
se acabó porque cada uno tiró por un lado y era imposible mantenerlo. Hasta el
segundo año de la universidad yo no me moví nada dentro de la música. La guitarra la dejé parada. Pasó el tiempo y en segundo
volví a coger la guitarra, a componer y ya llegó un momento en que yo mismo dije que quería hacer algo con esas canciones, que vieran la luz. Como siempre
se me han dado bien las cosas de ordenadores fui aprendiendo un poco por mi
cuenta con Internet y me dio por grabar un tema. Bueno, yo antes ya había
grabado un video con mi primo Álvaro al piano y yo con guitarra y voz, la
canción “Miro al cielo”. A partir de ese momento fue cuando mis conocidos se
dieron cuenta de que yo cantaba porque hasta entonces no me habia atrevido a
subir ningún video y solamente lo sabía mi familia. La respuesta fue buena, la
gente me dio pie a que siguiera haciéndolo y empecé a grabar más, totalmente
autodidacta y como podía. Así hasta hoy.
¿Qué piensas que
marcó ese antes y después para que se empezara a escuchar tu música?
Hay un antes y un después claramente en mi vida artística.
En verano de 2013 yo tenia ya canciones y videos publicados y los iba subiendo poco
a poco y ese año grabé un video en la Plaza del Obispo (Málaga) con unos chicos
que estaban empezando y querían grabar acústicos en la calle. Yo me ofrecí a
grabarlo y a partir de ahí, en cuanto lo publicaron, empezó a llegar gente. Me
conocieron unas chicas de Málaga que se movieron un montón, todo de forma
desinteresada: compartieron mi música en las redes y la mandaron a muchos
sitios para que la escucharan. Eso fue la semillita que empezó a crecer,
crecer, crecer y sigue creciendo. Fue, como yo siempre digo, como un ángel que
cayó del cielo y me hicieron de trampolín para dar ese paso que yo necesitaba
si realmente quería dedicarme a esto. En ese momento yo estaba
bastante parado, ni siquiera había mandado mi música a ningún sitio. Tengo un
defecto o virtud, creo que más bien es defecto, que es que no me gusta ser
pesado. No quería molestar a nadie con mi música y estas chicas lo hicieron por
mí. Gracias a eso mi música se ha movido un montón y ha llegado incluso fuera
de España. El hecho de haber podido ir a salas en Madrid y Barcelona, y con
bastante público, no es algo que todo el mundo pueda decir y ha sido gracias a
eso.
Internet es una ayuda
sobre todo para artistas que están empezando y, por cosas que he leído, a ti te
viene bastante bien, ¿no?
Hombre sí, por supuesto. Internet es clave para la gente que
está empezando. Para artistas ya más consagrados seguramente no tienen por qué
preocuparse tanto por eso porque ya están ahí. La nueva generación, los que
están empezando, aunque lleven ya varios años, es la que tiene que saber usar
eso porque la gente ya no se regala discos sino que ahora se publican canciones
en tweets, se comparten los enlaces del video en Youtube. A mi me ha ayudado un
montón y desde pequeño mi padre, que es informático, me ha enseñado cosas que
me han despertado muchas inquietudes. Mi música no ha salido nunca en radio y
para que la gente me haya conocido como para que vayan sesenta o setenta
personas a ciudades como Madrid o Barcelona significa que ha sido a través de
Internet, porque ni siquiera tengo CD que puedan comprar en físico. Más que una
web, el tema de redes sociales es muy importante porque interactúas
directamente con la gente y no eres como un producto que canta y se puede
comprar sino que va más allá. Te acercas y eso es lo que te hace conectar
realmente con el público; así ellos también se acercan a ti, porque es más humano.
A la gente le gusta lo humano.
Precisamente hacer
una canción colectiva es un buen ejemplo de conectar con la gente, ¿no?
Sí, sí, completamente. Precisamente hoy estaba intentando
grabar un poco más en casa pero con el calor que hace, teniendo todo cerrado
para hacerlo bien y a las cuatro de la tarde… Eso fue una idea que tuve hace
cuatro años. Me acuerdo que por ese año estaba Plan B, la iniciativa de Carlos
Jean, que hacía canciones con mucha gente y un poco inspirado en eso pensé en
que podía hacer una canción en la que yo creara la melodía y entre varias
personas hicieran la letra. Pero en ese tiempo yo estaba en mis comienzos,
publicando mis primeras canciones, no había nadie que me fuera a hacer caso
además de mi familia y un par de amigos. Así lo dejé un poco apartado aunque
siempre lo tenía en mente. Hasta que ya me puse con ello hace meses y la verdad
es que está teniendo muy buena respuesta. He dividido la canción en estrofa,
preestribillo, estribillo y he recibido muchísimas letras. Ya están estrofa y
estribillo, de las que me enviaron unas cuarenta y ocho letras buenísimas y
sobre esas fui eligiendo, confeccionando, intentando buscar rima y coherencia.
Está quedando muy guay y ya mismo sacaré el estribillo.
¿Y ese modo de
trabajar cómo es en comparación con el habitual?
Es completamente diferente. Cuando creo una canción hago
normalmente la musica primero, aunque ya casi a veces al revés. Pero imagínate,
yo tengo ya una melodía para la voz y entonces me encuentro con letras que no
encajan o que no siguen el tema de la canción. Algunas he intentado colocarlas
pero es imposible meterlas todas, claro. Me ha dado cuenta sobre todo de que
hay mucha gente que se le da bien escribir, que le gusta, que podrían dedicarse
(o al menos tenerlo como hobby) a hacer poemas o cuentos. Me encontré de hecho
con frases que pensé que podrían haberlas copiado y las busqué en Google
incluso para ver si pertenecían a algo, pero no fue así. Me hizo también mucha
ilusión que un profesor de música que tuve en la ESO, que no sé cómo llegó a
conocer el proyecto, participara. Me mandó el otro día un mensaje diciendo que
estaba impaciente por ver el resultado final y saber que alguien se involucra
tanto en un proyecto tan bonito como este y que para mí es tan importante ha sido
una de las mayores sorpresas.
¿Y cómo vas a tratar
el tema de la autoría?
Pues es buena pregunta. Lo que he hecho ha sido registrar la
melodía. Tengo identificadas a las personas que me han enviado las letras que
he utilizado y cuando vaya a sacar la canción, a la hora de registrar la letra,
hablaré con ellos. Un porcentaje de la letra irá para las personas que han
escrito la canción. Esto ahora mismo no da nada de dinero porque es una canción
prácticamente desconocida pero si un futuro se consiguiera algo, van a tener un
porcentaje de la letra. Al fin y al cabo son letristas y eso va a estar
registrado.
Es un proyecto muy
original.
Es sobre todo de interactuar con la gente y de hacer cosas
nuevas. Es que ahora ya no vale solo poner el CD, ha mucho más y va más allá.
La tecnología te da una amplitud que antes no había y se pueden hacer muchas
cosas. A lo mejor alguien que esté a la antigua usanza piense que es un rollo
ponerse a hacer estas cosas cuando antes bastaba con sacar un disco y dar
conciertos pero es lo que tenemos que hacer los nuevos, sobre todo los que
estamos empezando. Es una cosa que yo disfruto y el público también. Es algo
bonito poner en común el arte de la gente y el talento, porque ya te digo que
hay gente realmente buena y que lo que me ha mandado es personal y sentido.
¿Crees que es una
idea que pueda tener futuro en otros artistas o en ti mismo?
Ojalá. Yo no lo hice cuando se me ocurrió porque no tenía a
gente pero si sigo por este camino y dentro de un par de años puedo vivir de
esto, me encantaría hacerlo más veces. Quizá alguna canción por disco, no sé
cómo sería pero sería genial hacer por ejemplo bonus track en que la gente sea
quien ponga la letra. Habría que profesionalizarlo un poco porque no es lo
mismo recibir cuarenta letras que cuatro mil, pero tal vez con votación popular
o fijando una temática. La próxima vez elegiré un tema para guiar a la gente,
porque eso fue algo por lo que me preguntaron mucho. Las metáforas se adaptan a
todo y a no se que alguien hable de algo muy, muy concreto como una silla de
madera, pueden salir canciones de temas más abiertos y generales. Al final esta
vez he encaminado la canción por una temática más o menos común.
Profesionalizándolo quedaría mejor y ojalá que pueda hacerlo más veces.
Para continuar con tu
carrera musical, ¿te ves más encaminado hacia la autogestión?
Hasta el momento todo lo que he hecho ha sido autogestionado
pero hay un límite. Está muy bien eso de ir independiente y hacerlo a tu manera
porque es tu música y quieres hacer tú mismo el disco y tus conciertos.
Partiendo de que eso es imposible, ningun grupo puede autogesionarselo todo.
Aunque hay grupos que son indepenientes en el sentido de que no están con una discografica, tienen detrás casi siempre un equipo enorme de managing o una
distribuidora. Tú por tu cuenta no puedes ir a Spotify y decirles que pongan tu
disco, hay que hacerlo a través de alguna empresa. En muchas ocasiones tener
una plataforma detrás es necesaria. Esto al final es un negocio en el que se
mueve dinero y tú necesitas vivir gracias a ese negoio. Si tienes que apoyarte
en ciertas entidades que te ayuden y te den soporte, yo lo veo bien. Mi meta es
vivir de la música y para ello tendré que meterme en el negocio y, por mucho
que nos pese, está controlado por las discográficas. En algunas excepciones
como Vetusta Morla o Izal es curioso saber cómo lo han conseguido; tenían mucho
público detrás y se han volcado con ellos. Salvo esos casos, todo el mundo
necesita algún tipo de soporte, alguien que invierta. Entonces, autogestión sí, pero apoyándote en lo que necesites.
¿Crees que la
relación artista-discográfica y la autogestión puede evolucionar?
No le queda mñas remedio. ls discografucas son las que se
quedaron atrás respecto a la digitalización de la musica porque siguieron
vendiendo discos cuando aparecio atunes y lo siguieron haciendo cuando salió
Spotify. Ahora mismo a lo mejor hay discograficas que no tienen tanto dinero
para invertir y lo que hacen unicamente es distribuir un disco, ya no suelen
arriesgar a comprar el disco y hacer la promoción del artista a menos que sea
alguien que ya viene con mucho tirón. No van a gastarse dinero porque crean que
vas a vender, tiene que verlo. Evidentemente ya ha cambiado porque no controla
tanto al artista. Cada aspecto musical esta agnciado a diferentes entidades.
¿Harías un
crowdfunding?
Si. Es un tema delicado y hay que estar seguro de que lo
puedes conseguir. Es decir, de primeras es bastante probable que no lo consigas
porque pides mucho dinero a la gente y no estamos en la mejor situación. Habría
que estudiarlo y plantearlo, hacer un plan de negocio y ver qué necesitamos y con
quien cuento. Ver las posibilidades reales. Ahora mismo no lo haría porque no
tengo la suficiente masa de gente y no lo considero una prioridad.
¿Componer y grabar o dar conciertos? |
Una manía antes de subir al escenario |
Cambiarías la guitarra por... |
La música bien ¿El baile? |
En tu tiempo libre... |
¿Adicto a las redes sociales?
Texto y fotografía de Laura Laplana
(Café El Viajero)
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario