El punto ciego de la pena

Crítica del concierto de Jorge Drexler 

06/03/15 La Riviera, Madrid.

Hará unos diez años desde que el cantautor uruguayo fue premiado con un Óscar por Mejor canción inédita gracias a su tema “Al otro lado del río”, banda sonora del film de Walter Salles, “Diarios de motocicleta”. Por aquel entonces, Drexler era un médico licenciado que tocaba la guitarra y componía canciones apenas conocidas por el resto del mundo.

En la actualidad, el músico se encuentra presentando su gira “Bailar en la cueva”. Su disco ha sido ganador de dos Grammys en 2014, incluyendo Mejor álbum de cantautor y Mejor grabación del año. Tras haber sido líder en la lista de Shows on demand durante varias semanas en España, apareció en una Riviera atestada de cuerpos moviéndose a ritmo de guitarras, viento y percusión. 

El artista y su extensa banda tocaron sin parar durante dos horas, ofreciendo a un público más que entregado temas tanto de su último álbum como del resto de trabajos. “Todo cae”, “Habitación 316”, “Universos paralelos” o “Guitarra y vos” fueron algunas de las piezas que sonaron a lo largo de la noche. 

El Drexler del viernes era un hombre risueño y de verbo delicioso que quiso localizarse “en el punto ciego de la pena”, un privilegiado espacio a salvo de tormentos y demás congojas. La velada resultó ser una verdadera declaración de amor a la danza y a la poesía. Junto a él viajamos a la playa de Rasquí, Bolivia e incluso al teatro Falla de la ciudad de Cádiz, lugar donde el músico fue pregonero en los Carnavales de 2013. 

Han pasado diez años desde que la dirección de la gala de los Óscar consideró al cantautor demasiado desconocido como para entonar en los premios su propia obra. Sin embargo, Drexler parece olvidar el pasado y disfrutar de cada sonido que crea su voz junto a un Madrid a la sombra de la Rivera.

Supongo que, como él bien reza en su canción, nada se pierde, sino que todo vuelve a transformarse una y otra vez. 

Por Ana Romero Fernández.

@Anarmro

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