1 de Mayo de 2012.
De como esquivar Icebergs en Madrid.
Nadie dijo que fuera sencillo transformar toda la ilusión contenida durante semanas en música.
No creo que sea fácil.
Madrid abruma y en ocasiones, puede que acojone.
Todos sabemos, que en la música como en el toreo, si no tienes éxito en Madrid, no lo tendrás en ningún sitio.
Te pueden deslumbrar las luces de la Gran Vía y las miradas de curiosidad de las gentes que vienen a verte, puede que te intimiden.
Entonces, es cuando recoges de lo mas profundo de ti, lo que tu crees que te hace falta para que se note que estás preparado. Que estás aquí para gustar. Para mostrarle a Madrid, que todas esas horas de ensayo sirven para algo.
Y se desvanece la luz central.
Coges al público por la pechera y le susurras Primun Non Nocere, Ciudadella, Espacio Neutral y Postdata.
Para soltar tensiones.
La Capital nunca se comió a nadie, aunque si es cierto qué alguna qué otra vez vomitó a algún imprudente que se atrevió a salir a sus tablas con más ganas que sustancia.
Miras fijamente a los ojos de aquellos que no conoces de nada y les sueltas Palabras Perdidas, Quiero Un Día Más.
Presentas al mundo Flores En La Luna y descansas con Retales.
Todo va bien.
Las miradas de complicidad entre tus compañeros son sinónimo de que todo va sobre ruedas. De que éste iceberg no hundirá este Titanic.
Esta vez no.
A golpe de sinceridad les descerrajas Tierra. Y causa el efecto esperado.
Así que aprovechas el factor sorpresa para que, ahora si, suenen Juventud Anestesiada, Número 8 y En Mi Silencio.
Es más y mejor de lo esperado, pero no más y mejor que lo soñado. Todavía no.
Porqué en ese momento de duermevela, cuando estabas repasando el setlist y cantabas sin voz, decidías que la noche madrileña merecería un final como dios manda...
Abres los ojos y es el momento.
Les regalas, al que hoy es tu nuevo publico, Noches De Caramelo, para que un ratito después Nairobi suene en el corazón de Madrid.
Sientes como llegan y como entran en la memoria de la gente los acordes y las letras de una canción que tu ya sabes que hace sentir. Y seguirá haciendo sentir bastante tiempo después de que se apaguen las luces y se eche el telón.
Una vez terminado el show es cuando caes en la cuenta de lo que es esta ciudad.
De quién es Madrid.
Y es que, muy lejos de lo que imaginabas, la Capital no es un lugar a donde ir a tocar.
Es mucho más.
Es gente que va a ir a escucharte, a aplaudirte y a exigirte, que cada vez que les visites les emociones, al menos como hoy lo has hecho.
Madrid sabrá recompensarte.
CircusCommunity
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