Chica, tienes que prepararte porque esta noche cae seguro. Habéis salido ya 3 veces y aún no ha pasado nada. Habrás entrado en la friendzone? Mierda. Tenías que haberte soltado más cuando lo conociste en aquél bar. Pero aunque al día siguiente era sábado, tenías que madrugar para acabar (y empezar) un informe. Siempre presionada por las deadlines, como la puta Cenicienta. Pero como estaba tremendo le diste tu móvil, y claro, luego llegaron los mensajes y como era inevitable, quedasteis.
Conectasteis tan bien que no se os acababa el palique, y cuantas más beers, más temas. Así pasaron las horas. Y os entró un hambre canina. Y lo único que había a mano era un shawarma. Cebolla y picante a mansalva. Cuando os despedisteis seguro que estabais pensando lo mismo. Mejor a la próxima. Pero la cosa es que habéis quedado otra vez, y otra más. Y nada de nada. Como ya te ves el percal, decides hacer caso a los sabios consejos de tus amigos: menos hablar y más... (está bien, todos lo hemos entendido). Lo invitas a cenar y ver una peli. Lo mejor es que elijas tú. El pobre querrá impresionarte y la caga seguro. Pero es que elegir la peli no es moco de pavo. Tiene que cumplir con unos requisitos (rule 9) Os tiene que mantener alerta. Hacer gracia. Dar un poco de asquito. (Lo visceral despierta los instintos, la violencia es morbosa y a veces pone cachondo... es una reminiscencia evolutiva que es cierta pero larga de explicar). Tiene que tener una buena banda sonora. Porque va a ser la primera vez que lo hagáis, y puede que la última. Que el ritmo no decaiga.
Por alguna había que decidirse ¿no? The world’s end. Un poco trash pero entrañable. Es como esas florecillas emergiendo de la mediana de la autopista, como esas octogenarias pintadas como puertas y enseñando canalillo... Desagradable y conmovedora. Pura supervivencia. Y buena música.
Sabes perfectamente la rule 10. Abres el agua antes de entrar en la ducha para no helarte el espinazo. Tampoco echas los huevos hasta que el aceite no está bien caliente. Ni tiras de la cera antes de contar repetidamente 1,2,3,1,2,3... Pues entonces, y a no ser que entre por la puerta como una manada de ñús desbocados, no podéis empezar a ver la peli enseguida. En la cocina, o antesala del amor, empezáis a hablar de que si la estrenaron en Sitges el año pasado, que si esto que si aquello. ¿Y qué mejor que visionarla degustando uno de los top de la valoradísima cocina británica, Roastbeef con salsa de cebollitas caramelizadas? Pues con dumplings para compartir y unas cervecitas. Porque hablando en plata, el roastbeef lo tienen para las fiestas y si me apuras, algún domingos si viene la nuera a comer. Si lo que come esta gente es pura mierda, y que nadie se me ofenda, pero es que dicen de los americanos, pero éstos se llevan la palma. Ahora que yo no voy a ser quién los juzgue... la porquería, cuánta más, mejor. In every sense of the word. Fish and chips, noodles, burgers (de las guarrillas, nada de gourmet), hot dogs... Y en el basuripódium de la exquisitez, los dumplings. Gyōza, si los pides en el japo, jiaozi o dim sum, en el chino, potstickers en los US, que son más molones. El dumpling no tiene rival, octava maravilla del mundo de los congelados, fue portada de Forbes de junio 2012. Y tú has comprado mogollón, de ese súper asiático del centro al que
sabes cuándo entras pero nunca cuando sales. Bueno, has cogido de dos tipos. De cerdo con verduritas, para medio freír (sí, lo he dicho bien) y esos que son un poco transparentes rellenos de gambas y bambú, para hacer al vapor. Hablando de bambú y vapor... Antes tenías una vaporera de esas, hasta que tu compi se mudó con su maromo. Ese caluroso día de mayo te quedaste sola y sin vaporera. Y sin Spotify Premium. Otras cosas que comprar en el asiático, salsa de soja y palillos. Sin palillos, comer dumplings no tiene gracia. Una vez tengas los 3 básicos, tienes vía libre para sumergirte en el agujelo neglo y no salir hasta que él mismo te vomite (y sí que pasará, porque ahora ya cumplen los horarios de apertura y cierre). La peli es
británica, pintas a destajo. Vaaale fanáticos del dim sum, no seáis repelentes. Lo sabemos, son para picar acompañados de un té calentito. Pero somos transgresores, joderos. Y vamos a ponernos hasta el culo de dumplings en el sofá y a hincharnos a cerveza inglesa. Y también nos vamos a enrollar, por fin. Así que llega a tu casa con unas birras de importación (buen chico), que abrís antes de empezar a preparar la manduca. Suena So Young (Suede). En la peli también, pero con suerte ni os enteraréis. Por un lado, los dumplings de gamba. Pones una cazuela con agua a hervir, y en la vaporera dónde sueles hacer la verdura pones una hoja de lechuga iceberg, así ya no se pegan. En el fuego de al lado, una sartén con aceite, pones los dumplings de carne (puedes ponerlos muy juntos, no problema), y cuando se hayan dorado, añades agua y los tapas, hasta que estén hechos.
Vais para el sofá, más tajas que el adorable Gary King al final de la peli. Importante ajustar bien el HDMI, con el pandero en pompa. Es como, Hey babe, duya wanna see the back of my car? Si te ha friendzoneado, eso le va a sacudir un poco. Te sientas, a su lado, ¿cómo ibais a compartir sino esos jugosos bocaditos celestiales? Bendita London Pride y su aroma a pan calentito... En cerocoma lo tienes encima. Ha valido la pena depilarte. Finalmente. Y vas a poder lucir ese conjuntito tan mono. Ya era hora, porque lo compraste a principio de temporada y ya empiezan las rebajas.
A ver, céntrate. Este chico está perita. Y le brillan los ojos a saco, ¿no se estaráenamorando? No, espera...
Los temas de la BSO de The World’s End tienen unos videos que están a la altura de la peli. Pero cuidado, son altamente adictivos, mejor dejarlos para el postre...
So Young - Suede
Do You Remember the First Time? - Pulp
I'm Free - Soup Dragons
Summer's Magic - Mark Summers
Loaded - Primal Scream
There's No Other Way - Blur
Come Home - James
Old Red Eyes Is Back - The Beautiful South
" To err is human, so errr..."
Gary King
Mary Vulcano.
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