viernes, 5 de julio de 2013

'LA MÚSICA DE LOS 80 EN EL CINE' (las 5 del 5)

 



This is Spinal Tap
Rob Reiner, 1984.

Año 82 (el año de Naranjito), Unaited Esteits Of America, una banda británica con diecisiete años de carrera y 15 discos de letras estúpidas pero más adictivas que la codeína, cancelaciones de conciertos, problemas con la discográfica y algo aún más catastrófico, problemas con la churri de uno de los miembros. 

Imprescindible falso Rockumental sobre la gira americana de un ficticio grupo de heavy metal. Sátira deliciosa sobre los excesos y abscesos de la decadente élite del Glam en los años 80, pero sin abusar con los tópicos de la Santísima Trinidad: sex, drugs and R&R. Vamos, ni una triste tetilla, ni una aguja, ni mesas ralladas de blanco… Puede usted verla con sus hijos menores de edad tranquilamente. Pero eso no es sinónimo de aburrido, y os prometo que habrán escenas que os van a dejar doblados de la risa. Como muestra de fama, la banda dirigida por Rob Reiner ha salido en los Simpsons y hasta en el juego Guitar Hero. ¿Hace falta algún motivo más para convencerte?. Bueno sí, que si compras la reedición en DvD o BlueRay, viene en los extras otro documental titulado 'Anvil: El sueño de una banda de Rock', que te hará reír y llorar a partes iguales cual monaguillo vicioso. Si pretendes descargártela, aprovecha y busca también la de Anvil ya puestos, merece la pena.

Como curiosidad, Spinal Tap tocaron en el Concierto en Tributo a Freddie Mercury en el año 1992 (el año de Cobi y Curro).

“Mientras existan las drogas y el sexo, puedo vivir sin el rock”






Alta Fidelidad
Stephen Frears, 2000.

John Cushack interpreta a Rob, un treintañero propietario de una tienda de discos de vinilo que está en la quiebra. Pero lejos de ser este su único problema, su novia decide irse con otro menos freak.  A partir de aquí Rob recapacitará sobre su historial amoroso a través de los discos que marcaron sus experiencias para intentar recuperarla. 

Cuenta con un cameo de Bruce Springsteen y entre otras caras conocidas podrás reconocer a Tim Robbins, Jack Black o Catherine Zeta-Jones. Basado en un best-seller de Nick Hornby (aunque en la novela la banda sonora no es tan cojonuda… cri cri… cri cri…). Vas a disfrutarla mucho si la tomas con calma, ya que los debates musicales requieren atención y una vez que se la prestas, te atrapan en su tela elitista y snob. Y sí, puede clasificarse como comedia romántica, pero es un film pop desenfadado, sincero, autocrítico, original y nostálgico, libre de urticarias corrosivas típicas del género. 

Como curiosidad, mírala si no la has visto ya y tendrás más de una y de dos.

"¿Quiere un disco de Stevie Wonder para su hija? ¿Es que su hija está en coma?"





The Blues Brothers
John Landis, 1980.

Elwood espera en el coche a su hermano Jake en la puerta de la prisión donde ha estado durante unos años por robo a mano armada. Lo recibe con una noticia inesperada, el orfanato donde se criaron está a punto de ser cerrado por motivos económicos. Ni cortos ni perezosos y con la condicional, se ponen manos a la obra aunque anden más perdidos que Jesucristo el día del Padre. 

Recuperando el clásico 'Saturday Night Live', volvieron en los 80 los clásicos personajes de John Landis y Dan Aykroyd, con sus clásicas gafas Wayfarer y sus elegantes trajes y sombreros negros. Al ritmo del mejor Rythm&Blues estos dos granujas irreverentes vuelcan como buenamente pueden todo lo que se les pone por delante. Y con el mejor R&B me refiero a James Brown, Ray Charles, Aretha Franklin, John Lee Hooker y Otis Redding entre otros, que provocarán orgasmos auditivos a golpe de martillo, yunque y estribo.

Para evitar un descarrilamiento ferroviario que puede ser trágico (metáfora de trenes que entenderás cuando la veas), aviso que en el año 1998 salió otro largometraje por título 'Blues Brothers 2000', pero esta vez con John Goodman sustituyendo al ya fallecido John Belushi. No confundir.

Como curiosidad, John Belushi fue apodado durante la película el 'Agujero Negro' por perder un par de gafas de sol en cada escena. Dicen que llegó usar 1000 pares diferentes. Aunque a mi me parece que algún figurante tendrá una buena colección para dejar de herencia a sus hijos…

"Estamos a casi 200 kilómetros de Chicago, tenemos el depósito lleno, medio paquete de cigarrillos, es de noche y llevamos gafas de sol."






Crossroads
Walter Hill, 1986.

En pleno éxito de Karate Kid, Ralph Macchio tubo un par de bemoles bien puestos para darle vida a esta historia donde interpreta a un chavalín de medio metro estudiante de guitarra clásica y admirador de Robert Johnson. El chico es todo un prodigio, pero también un tanto persistente, por lo que consigue que un viejo compadre de su ídolo le enseñe a tocar blues a cambio de sacarlo de la residencia donde vive y lo lleve a un lugar de Mississipi (casi na pide el abuelo eh…). Telecaster en mano y fuga a la vista, se juega su alma con el diablo como tantas otras leyendas blueseras.

La banda sonora salió de las manos de Ry Cooder (no hace falta presentaciones) y el director es Walter Hill (The Warriors). Aunque sinceramente, esta película no está al nivel de las otras si valoramos el argumento. La cinta en sí, resulta un poco plana e intuitiva pero incluye la escena más brutal de la historia del cine para todo guitarrista: la batalla de gallos entre Steve Vai y el prota, que hace mojar los pantalones a los rockeros más duros, incluso esos que desayunan cereales con Jack Daniel's y lo más cerca que tuvieron el jabón fue viendo 'El Club de la Lucha'.

Como curiosidad, esta película estrenada en el 86 ha recibido diferentes nombres, entre ellos Crossroads, Encrucijada o Cruce de Caminos. Pero cuidado, Crossroads es también una pinícula protagonizada por Britney Spears (premio Razzie a la peor actriz) en el año 2002 y Cruce de Caminos otra de Ryan Gosling, Bradley Cooper y Eva Mendes en 2013. Os costará encontrarla.

"Muchas ciudades, muchas canciones, muchas mujeres. Buenos tiempos, malos tiempos… Sólo quiero que digan de mí una cosa: ése sabía tocar, era bueno"





RockStar
Stephen Herek, 2001.

Chris Cole (Mark Walhberg) es un obseso fan del grupo de metal peludo de los 80 Steel Dragon. Incluso tiene su propia banda tributo a ellos. Bueno, hasta que le echan sus propios colegas. Después, deshauciado y malherido recibe la llamada de su vida, una de esas oportunidades que sólo pasan una vez en la vida. O ninguna normalmente. Son de Steel Dragon que justamente buscan vocalista y le invitan a una audición, la cual pasa sobrado e ingresa en la banda de sus sueños. A partir de aquí, ascenso al estrellato y descenso en su relación sentimental con Jennifer Aniston. Un poco la historia de Güiza con Nuria Bermudez pero cambiando el balón por un micrófono.

Película un tanto moralista y previsible, donde pretenden demostrar que la fama no trae nada bueno, es más, que si tienes algo bueno te lo arrebatará violentamente de entre tus brazos. Y entonces es cuando yo aquí, hago una pequeña pausa, doy un sorbito a la taza de te, me levanto de la silla, abro la ventana, asomo medio cuerpo con cuidado de no caerme y grito hasta quedarme sin oxígeno intentando que me oigan los guionistas mojigatos en California un: yunamieeeerda!!!!. Pero bueno, vale la pena verla porque tiene escenas bastante logradas y aunque sea por conocer esta pedazo de banda, que está construida con presencia o a la sombra por (agárrense bien los machos): Zakk Wylde, Jeff Pilson, Jason Bonham, Myles Kennedy, Ritchie Blackmore, Dio…

Como curiosidad, destaco que la película iba a estar basada en la historia de Judas Priest con la intención de que salieran ellos mismos como protagonistas. Pero debido a la falta de acuerdo entre la banda y Warner, finalmente decidieron crear el grupo ficticio Steel Dragon.

"¿Cómo se llama cuando le haces algo a alguien y le jode, y luego te hacen a ti lo mismo y también te jode?"





Sí, lo se, he pecado señor lector. Le he colado cosas que no son de los ochenta en vez de incluir obras como Footloose, Dirty Dancing, Flashdance o Fame. He dejado de lado el baile cuando fue algo trascendental en esta década. Aunque en mi defensa debo decir que he dudado si incluir o no Breakdance, por darle un poco de Nigga Style al asunto. Espero su redención. Impóngame la pena que crea necesaria. ¿Ochenta padrenuestros? ¿Cientocincuenta Avemarías? ¿Algo de Glenda?.



Viyano.

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