viernes, 12 de junio de 2015

Palencia Sonora 2015: Crónica


El Palencia Sonora no solo fue un festival más de la extensa lista de la que disponemos en este país, fue el acontecimiento musical primaveral de todo Castilla y León y parte del extranjero (con permiso del grandísimo vecino Sonorama Rivera, que a ese no hay quien le quite del podium), fue un Primavera Sound, más rural, más familiar, más como nos gusta en Castilla a las más de 1200 personas que allí nos vimos las caras.

Antes de contar lo que ocurrió durante los días 29 y 30 de mayo en la capital palentina, no podemos pasar por alto las fiestas de presentación que se repartieron durante todo el mes en diferentes provincias de la comunidad. El viernes 1, los leoneses Cooper actuaron en el Universonoro inundando de pop el mismo local que el sábado 16 visitó Neuman. Era la primera vez que esta banda tocaba en la ciudad y consiguieron concentrar su amplio despliegue de medios y música dentro de una sala en la que bailó hasta ‘el Principito’. El viernes 22 fue el turno de Julian Maeso en la Casa Junco y para rematar, after party en el Jimmy Jazz a cargo del Dj Álvaro A.M. El 23, y ya casi con la mirada puesta en el escenario sonoro, Valladolid, Burgos y León quisieron unirse a la fiesta. El Rosarillo Club (con Rua Brothers Djs), el Ruido Azul (de nuevo con Dj Álvaro A.M.) y el Rock And Roll Circus (con Homeless) respectivamente, pusieron música en nombre del festival sorteando abonos y merchandising para que nadie se lo perdiera.


Y llegó el fin de semana esperado, la música, el jolgorio, el evento que en años anteriores había llevado a Palencia grupos como Supersubmarina, Dinero, Depedro, Lory Meyers, Standstill o Vetusta Morla. Llegó la XXII edición del Palencia Sonora más renovado que nunca. Con un día más en el cartel, la lista de grupos fue más amplia y las posibilidades de alojamiento también, ya que este año, el Parque del Sotillo contó con el acondicionamiento de zona de acampada. Antes de empezar, este festival ya prometía.




VIERNES


Con una temperatura más que agradable, después del calor pasado durante la semana, con el sol dejando sus últimos reflejos sobre el río Carrión, una serie de carteles verdes nos marcaban el camino que llegaba a esa música que ya sonaba. Natweys pinchaba mientras todo arrancaba: el ritual de las pulseras, el primer vistazo al lugar para irse moviendo mentalmente por el terreno, la primera cerveza de calentamiento…


The Parrots fueron los encargados de abrir el festival cerca de las nueve de la noche. Hay que reconocer que no era mucha la expectación a esa hora, pero no por ello, dieron menos en el escenario. Con el rock setentero de tonos british que les caracteriza, los madrileños arrancaron los primeros bailes de los mas madrugadores con canciones como I am a man, Loving you is hard o Dee Dee Dangerous. Eramos pocos aún, pero dispuestos a pasarlo bien, disfrutar, y no perdernos ni un acorde. Así fue como despedimos a este trío de grandes que seguiremos viendo en festivales a lo largo del verano, y continuamos con la música que Cheshire nos ponía desde la carpa RedBull.

Second pisó el escenario cerca de las diez, una hora más bien temprana para los palentinos que trabajaban y no les dio tiempo a llegar a los primeros temas. Seguíamos siendo un número bajo en comparación con las multitudes que crean sold outs para este grupo murciano, pero eso es lo que hizo el concierto más íntimo y familiar. Sean y los suyos arrancaron en 2502 y subidos en su ‘Montaña rusa’ recorrieron en ‘Fracciones de segundo’ gran parte de su discografía. También interpretaron el inédito, la novedad, su Nueva sensación, haciéndonos sentir ‘Demasiado soñadores’ hasta llegar a su Rincón exquisito. Con su turno agotado, pasaron el relevo a José Ignacio, que desde la carpa entretenía la espera de los que se iban colocando en primera fila y la cena de los que reponían energía en los puestos de comida del recinto.

Los enemigos llegaron con la media noche y con ellos, una gran cantidad de seguidores que visitaban el parque para escuchar Desde el jergón, Septiembre, Señora, Que bien me lo paso, La cuenta atrás o Vida inteligente. Se notó que esta formación de rock de los ochenta eran el cabeza de cartel de este año y el grupo más esperado por muchos (sobre todo los más veteranos) ya que a esa hora el ambiente festivalero llegaba al campanario de la catedral. No es fácil llenas el vacío musical que queda cuando el grupo se apaga, pero la Dj Ana Cuna, bajo la lona azul, supo como arreglárselas para que no existiese el silencio hasta el siguiente pase. 

La M.O.D.A. apareció en escena y junto a ellos el recuerdo que habían dejado el año pasado al hacer bailar a toda la Plaza Mayor palentina. Los encargados de poner punto final a la noche, esta vez contaban con un escenario más grande y un público metido de lleno en faena. La música country-folk que sale de todo su despliegue de instrumentos siguiendo la voz rota de David, encandiló a los presentes enamorando más aún si cabe sus fans adolescentes y gustando a los nunca los habían escuchado. Y es que así es La Maravillosa Orquesta Del Alcohol cuando se juntan todos sus factores: instrumentos, sentimientos, Miles Davis, música, Catedrales, bebidas espirituosas, Los hijos de Johny Cash, maravillas, The ’59 sound, fans, Primavera del invierno… Todo un coctel de diversión. 


SÁBADO

Amanece en Palencia. Mientras unos aún no habían vuelto a sus casas, hoteles o tiendas de campaña, otros apuraban las pocas horas de sueño que les quedaban. No valió el cansancio, ni la resaca, ni la afonía. A las 13:30 todos tuvimos una cita en la Plaza Mayor con Novedades Carminha.

Camisas hawaianas, shorts, sombreros, cervezas frescas, un sol de justicia y la música del trio gallego fueron los elementos que marcaron el concierto. A pesar del calor sofocante que derretía escenario, instrumentos y músicos, jóvenes, ancianos y niños no pararon de bailar desde el primer acorde. Nadie quiso perderse esa Fiesta tropical, demostrando con ello que existe la ‘Juventud infinita’ que da nombre al último disco de la banda.

Mientras todo esto iba pasando, cabe destacar el punto solidario del festival gracias a las tapas elaboradas por el restaurante La Traserilla. Se vendieron en un puesto de la plaza y no solo recaudaron fondos para la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA CONTRA EL CANCER, también repusieron las fuerzas de los allí presentes entre tema y tema consiguiendo que sus danzares aguantasen hasta el final.

Música y baile continuaron en el vermú musical que ofrecían distintos bares de la ciudad acompañando bebida y tapas con sesiones de djs. Concretamente, o mejor dicho ‘croquetamente’ (en honor a la tapa que acompañaba las cañas), en el Bar Debla, los TikisMikis Djs no pararon de regalarnos temazos que recorrieron una gran parte del panorama musical indie nacional e internacional. Hasta las cuatro de la tarde que finalizó la sesión, la Plaza Mayor palentina no consiguió dormir la siesta.


Después de un breve descanso para los cuerpos y las mentes festivaleras, a las 20:00 se abrieron las puertas del recinto por última vez en esta edición. Con los chicos de Jägermeister haciendo de las suyas, y Natweys de nuevo a los platos amenizando la espera, la gente iba llegando y esparciéndose por las diferentes zonas.

Disco las Palmeras! se colocaba en el escenario para dar comienzo al segundo y último día de festival. Presentando su último disco ‘Asfixia’ interpretaron sin descanso tema tras tema dando calor a los primeros asistentes con sus distorsiones melódicas. Un rock alternativo de guitarras afiladas que anticipaba lo que iba a ser una noche para el recuerdo. Con la Dj Ana Cuna pinchando y poniendo música al descanso, se produjo el movimiento correspondiente de técnicos de sonido e instrumentos para dar paso a la siguiente actuación.

Ángel Stanich se enfrentó solo ante el peligro interpretando Amanecer caníbal atrayendo así la atención de los despistados que todavía no se habían dado cuenta de que el concierto había comenzado. Según avanzó el tema se le unió su banda, ya estaban todos los factores necesarios para recorrer el ‘Camino ácido’ pero aún nos esperaba alguna que otra sorpresa. Javier y Guille, de Arizona Baby saltaron al escenario para acompañar al cántabro a lo largo de la noche. Improvisaciones, charlas con el público, danzas tribales, humor, mucho rock y un apoteósico Metralleta Joe marcaron el fin de su tiempo. Turno de Cheshire bajo la carpa y de las rotativas del Jäger sobre el terreno de juego.

León Benavente llegaba con toda la artillería pesada al Parque del Sotillo. Cuando Década comenzó, el público ya estaba mas que entregado, se intuía el final y no estaba dispuesto a no aprovechar hasta el mínimo ritmo de el gran esperado de la noche. Fluían las canciones solas, con sus bases marcadas, con sus letras coreadas, con sus guitarras y teclados melódicas. Sonó Ánimo valiente, Avanzan las negociaciones, Europa a muerto, La palabra, Estado provisional, Todos contra todos,… y como no, Ser brigada, acabando así una actuación diez de un grupo diez. Más música los siguió gracias a Red Bull, a Dj Tiki y a toda la organización del festival que trabajó más y mejor que en ninguno de los años anteriores, sin los cuales lo vivido no estaría siendo posible.

El Columpio Asesino cerraba la fiesta haciendo al público disfrutar como enanos. En la capital palentina no faltó el lujo: Perlas, Diamantes, Babel, Punk, Floto o Ballenas muertas en San Sebastián levantaron mas polvo que nunca en el Parque del Sotillo. Los de Iruña y su música experimental electrónica despedían el fin de semana festivo por todo lo alto con la mayor bomba de las bombas ‘asesinas’. No hay concierto del columpio si no hay Toro y con él, el adiós.


Después de dos noche cargadas con lo mejor de lo mejor, así fue el final… o no. Aún quedaban los mas valientes y resistentes. Esos a los que todo les parece poco. Esos con lemas como ‘Cuando un altavoz de apaga, otro se enciende’ o ‘Para un día que salgo ponme otra’. Esos nómadas de la canción que en Palencia son acogidos con cariño entre los planetas del  Universonoro.

Lo que pasa en el Palencia Sonora, se queda por siempre en el corazón de los que  vivimos el Palencia Sonora.


Por Mélani Morán (@mel_mc888).
Todas las fotos aquí.

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